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PANFLETO CONTRA LA DEMOCRACIA REALMENTE EXISTENTE (Gustavo Bueno)

PANFLETO CONTRA LA DEMOCRACIA REALMENTE EXISTENTE (Gustavo Bueno) PANFLETO CONTRA LA DEMOCRACIA REALMENTE EXISTENTE
Editorial La esfera, Madrid 2004
Gustavo Bueno
Verdadero buldózer del pensamiento, Bueno se nos presenta siempre como un implacable polemista, fértil en lo cuantitativo y en lo cualitativo. Nada mas aparecer, ya hay que acudir a la segunda edición, porque en España, aunque se escribe más que se lee, a los que son «buenos» en algún sentido se les lee de veras, incluso por los lectores menos previsibles.
Bueno parece menos fiel a las editoriales (y eso que su Fundación tiene una: Pentalfa) que a sus principios, uno de los cuales es no hacer concesión alguna a «lo políticamente correcto». Es más, Don Gustavo domina el arte de la provocación, dentro del que se inscriben sus contundentes títulos, un verdadero cebo y desafío al lector.
Sabedor de que su libro va a crispar a todo aquel «que se atreva a leerlo», el profesor Bueno aprovecha para «hostigar las conciencias bienpensantes». «La democracia es fundamentalista; perniciosamente fundamentalista. ¿Por qué? Porque influye en todos nuestros comportamientos sin que nosotros nos demos cuenta de sus trampas. Pero esto tiene mal remedio, pues la gente, en general, también es fundamentalista».
El nuevo libro de Bueno que se publica apenas unos meses después de El mito de la izquierda, de amplia repercusión nacional, aborda la naturaleza profunda de la democracia distinguiendo, en primer lugar, entre la perspectiva fundamentalista, que se refiere a un deber ser, a una realidad que sencillamente no existe ni puede existir, y la perspectiva funcional, que se refiere a las democracias reales.
Bueno considera que una vez superado el siglo XX, en el que los totalitarismos de izquierdas y de derechas -los comunismos y los fascismos- se apoderaron de buena parte del planeta, la democracia se ve ahora desde una perspectiva fundamentalista. Contrapone ese concepto al de democracia realmente existente -extraído, para más ironía, de Suslov, gran teórico del estalinismo, que hablaba de comunismo realmente existente- y llega a la consideración más fuerte según la cual sólo puede haber democracia donde hay mercado pletórico, o sea, un mercado en el que abunden la variedad y la cantidad de las mercancías. La identificación de la democracia con el capitalismo avanzado queda así establecida y con su correlato político liberal, lo que no dejará de escandalizar en el panorama intelectual español y europeo, donde casi por definición se considera desde hace cien años que el capitalismo es una amenaza latente para la democracia.
Su testimonio definitivo de crítica de la filosofía política, donde pone patas arribas las convenciones sobre qué es democracia. Y lo apoya en un aparato filosófico que rebate contradicciones, malos usos y tergiversaciones de la idea de democracia, como la conciben, según apunta en su ensayo, los «fundamentalistas», que es como define a la idea de democracia de la izquierda. Por eso rebate aspectos como la «solidaridad», la «reinserción social», la «tolerancia» o la «igualdad». El primer error, sostiene, de los «fundamentalistas» es no ser partidarios de la pena de muerte, que Bueno reivindicó con una amarga ironía, por ejemplo, contra los maltratadores que asesinan a sus parejas. La represión está, según Bueno, en el origen democrático. El filósofo dijo que ahora vivimos en una «partitocracia» dirigida por «oligarquías», donde, por ejemplo, no existe «igualdad ante la ley» para profesores de otras regiones que quieran dar clases en el País Vasco o Cataluña. De hecho, para Bueno, Ibarretxe y Carod Rovira no representan una «democracia real» y «restan grados de democracia al país».
No sería el primer libro con el que gana enemigos. Después de publicar El papel de la filosofía en el conjunto del saber, se le sumaron a la contra pedagogos y antropólogos.

Reseña extraída de ALTAR MAYOR

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