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PARADOJAS LITERARIAS (Javier Compás)

PARADOJAS LITERARIAS (Javier Compás) La noche del 15 de Octubre asistí en la 2 de TVE a la retransmisión en directo de la proclamación del premio Planeta de novela, no se si era mayor mi indignación o la vergüenza ajena de ver a la progre Lucía Echevarría hacer el paripé de la sorprendida cuando le dieron el premio; esa misma noche, regresando a mi casa, el programa de Cesar Vidal en la COPE ya dijo que el premio era para esta chica, citando la página que El Periódico de Cataluña ya tenía preparada comunicando tal noticia. Era patético ver y oír a la escritora al recoger el premio insistiendo en el manido discurso antibelicista que sus colegas del cine ya tienen más que gastado, luego cuando el locutor de la 2 la entrevistó me despertó cierta ternura comprobar la normalidad (vulgaridad) de la que hasta entonces había creído una transgresora medio pirada, resulta que la criatura, con el importe del premio, tras el tópico de quejarse de Hacienda (muy socialista ella), dijo que iba a pagar la hipoteca de su casa y comprarse un coche que “le hace mucha ilusión”, vamos como si fuese una concursante cualquiera del Un, Dos, Tres.

Lo lamentable de toda esta pantomima no es comprobar que el Planeta es un montaje comercial, al fin y al cabo olé por los Lara que han sabido montárselo, lo peor es comprobar como los seudointelectualoides del Régimen siguen premiándose entre ellos y promocionando a escritores mediocres que son “políticamente correctos”.

El día anterior, el 14, en Sevilla, en el salón de actos de La Casa del Libro, se presentó la última novela de Aquilino Duque, novela que, como el mismo autor relató, ha visto la luz de la imprenta tras más de diez años de dimes y diretes, de dar bandazos por editoriales y de sufrir desaires y vejaciones. Una novela amena, divertida, culta, de impecables fondo y forma, pero...

Aquilino Duque no es progre, ni socialista, ni homosexual, ni mujer, ni llevaba pegatina de no a la guerra, ni es un “colectivo alternativo”, aunque, eso sí, es una minoría marginada. Una escritor culto, inteligente, ameno y de fina ironía, marginado por ser consecuente y fiel a unos ideales personales, por ser fiel a una idea de la sociedad y de su país, por no plegarse a lo más conveniente.

Afortunadamente el acto de presentación de su novela estuvo hasta la bandera de gente, más de la mitad jóvenes, Duque nos deleitó de nuevo con su verbo ameno y entrañable, emocionándonos con su fortaleza ante la adversidad, ante la injusticia, ante la alevosa marginación que comparte con tantos y tantos que no comulgan con las ruedas de molino del pensamiento único reinante.

Gracias a personas que, como Aquilino, nos hacen pensar a muchos que no somos unos pobres locos aislados, que cada vez somos más los que pensamos que no todo está perdido, que es posible que se salve la familia, la sociedad, la patria.

Que la señorita Echevarría pague su hipoteca, que se compre su coche y que salga muy guapa en la foto del Planeta junto a la fashion ministra Carmen Calvo, yo, por mi parte disfrutaré leyendo las novelas del gran escritor Aquilino Duque.

Javier Compás es escritor y empresario.

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